cJuventud en Éxtasis (Carlos Cuauhtémoc Sánchez): un libro para el espanto

Hace unas pocas semanas estuve en el norte del Perú, Mancora, disfrutando de un poco de sol, de la arena y el sagrado deporte de no hacer absolutamente nada. Un día, mientras caminaba junto con mi novia por la «avenida» principal del lugar me di con la sorpresa de encontrar un pequeño puesto de libros pirata. Entre los pocos títulos que hallé estaba Juventud en Éxtasis, best seller mexicano, que desde hace más de un año me venía intrigando.

Hace un año atrás, mientras navegaba por los diversos perfiles del HI5, página globalizada de contactos, notaba que muchos de los chicos menores de 18 años colocaban en sus perfiles como lectura de cabecera al mencionado libro en cuestión. En una oportunidad, una chica de 16 años me comentó la trama del libro, pero no tenía mayores indicios que eso, pero si una sospecha.

Cuando esa tarde vi el libro en aquel pequeño puesto en Mancora, junto con mi novia, ella no dudo en comprarlo cuando le comenté mis sospechas, además porque solo costaba 10 soles, milagros de la piratería peruana. Cuando leí sus primera páginas no solo había confirmado mis sospechas, sino que era peor de lo que esperaba. Después de leer un par de capítulos tuve que dejar de hacerlo, no podía quedarme en el cuarto del hostal leyendo, tenía que disfrutar al menos, al aire libre, de mi estancia en Mancora.

Ahora no tengo el libro a la mano, pero pronto espero terminarlo de leer, ya que junto con mi novia hemos decidido hacer una reseña de ese bodrio literario que se presenta como una novela de valores y que atenta contra la salud mental de muchos adolescentes y jóvenes del Perú, y de América Latina. Sobre todo, si presenta el tema del sexo con muchos prejuicios, pretendiendo así atemorizar más a los de por si confusos adolescentes que viven en sociedades tan acomplejadas como la nuestra. Se quiere asustar al lector presentando enfermedades sexuales de forma exagerada y distorisionada, aseverando incluso, de forma alarmante, que el sida puede contagiarse por medio de la saliva, cuando los estudios indican lo contrario.

Lo peligroso radica en que este libro es usado como material de lectura en algunos colegios e institutos como el CEPEA, y dudo que se discuta adecuadamente su contenido. Esto lo sé porque hace un par de días atrás, mientras esperaba el bus que me lleva rumbo a mi casa, vi a una mujer leyendo ese libro. Me le acerqué y entablé una conversación con ella sobre el mismo. Quería saber lo que pensaba del contenido de esa «novela», y al darme cuenta que no había mayor reflexión de por medio, y tras comentarme que le habían dejado leer ese libro para un curso en su Instituto (CEPEA), tomé el bus y me fui.

Que el tema del sexo sea tratado como una ficción y no como un ensayo académico que te exige un mínimo de argumentación, te puede permitir muchas licencias, pero el que un autor pretenda hacer de su ficción un tratado moral, y cual caballo de Troya, entremezcle presuntas verdades subjetivas como postulados médicos, y en vez de llamar a la reflexión lo que hace es colar ideas en las cabezas de adolescentes curiosos por el sexo, es crear bombas de tiempo, que van a explotar dentro de esos cerebros confundidos.

Bombas de tiempo que de por si son creadas por modelos educativos como el nuestro. Bombas de tiempo que llevamos muchos adentro. Me incluyo. Hay que detener estas corrientes «moralistas» que pretender desinformar para así salvar su «verdad».